Me sentí con fuerzas de recuperar la
carretera, intuí que el dolor me daría un respiro y además me
vendría bien acercarme a Delhi. No iré a Mont Abu ni a Udaipur,
tendría que bajar más al sur. Así que nos pusimos runbo a Joshpur.
El paisaje se fue transformado, las huertas y la tierra labrada color
rojizo esperando simiente se hace más hospitalario que el amarilllo
del desierto. La ciudad tiene más de un millón de habitantes, así
que el caos es monumental. Preguntando por aquí y por allá, la
cartelería es escasísima, conseguimos encontrar el acceso al fuerte
que se alza en lo alto de una colina; aunque aún lejos la vista
muestra un edificio imponente. Al interior solo se accede andando y
hay que pasar cuatro puertas precedidas de calles en rampas
inclinadísimas y con curvas imposibles, especialmente diseñadas
para dificultar ser atacados. Contra el ataque con elefantes, una de
las puertas es especialmente estrecha, curva cerradísima para que no
puedan coger carrera precedida de mucha inclinación y enormes
clavos de punta sobre la altura donde estos colpearían.
Actualmente la fortaleza de Mehrangarh
es la residencia del
Rajá y su familia, en otro tiempo señor feudal, dueño de todas las
tierras y bienes de la región y actualmente un ciudadano más que
ocupa su tiempo en gestionar esta impresionante fortaleza. La visita
está muy bien organizada con audio guías en todos los idiomas,
incluido el Castellano. Durante el recorrido me llamó la atención
que aunque el consumo de opio es ilegal se usó y se sigue usando por
cuestiones de tradición y es imprescindible en toda clase de
ceremonias sociales, especialmente en los casamientos donde las
familias lo consumen en un ritual como signo para fortalecer los
vínculos.
Parte de mi mejoría se la debo a la Buscapina que me dieron en Jaisalmer Sara, Anna y Silvia. Son tres jóvenes maestras de Cataluña que también están en su aventura India. Fueron muy atentas conmigo y antes de despedirnos me dieron su itinerario con los hoteles y sus datos de contacto para prestarme ayuda si llegara el caso. ¡Qué me gusta Cataluña!
Una vez terminada la visita y sin saber
muy bien por qué pero quizás porque la ciudad me pareció poco
acogedora decidí hacer más kilómetros, tratar de alcanzar Ajmer y
eventualmente buscar alojamiento en Pushkar. Llegamos muy tarde y
después de varios sustos; casi atropellamos a una mujer que se nos
cruzó de noche en una curva cerradísima y al coger un atajo nos
metimos en un camino de tierra con enormes charcos de agua de
profundidad desafiante; lo último fue cuando tuvimos que pasar por
debajo de un pasadizo en el que el coche casi se queda encajado. El
chofer me explicó en Indi señalando la última falange de su dedo
meñique que habíamos pasado por el pelo de una gamba. Ya lo dijo el
sabio de Conil “donde jaiga camino no cojas trocha”.
Bueno bueno..... por lo visto estás bastante mejor. Me alegro por ti y por tus lectores, los que te seguimos dia a día y los que lo leeran después. Evidentemente nos gusta Cataluya !!!! XAVI, PUYOL, BUSQUET Y SHAKIRA.... DIGO PIQUÉ.
ResponderEliminarMANUEL, ya te digo que no abuses y descansa.
abrazo enorme !!!
Namasté
Ohh!!! Me alegro de que te encuentres mucho mejor!!!!! A seguir con tu viaje y disfrutando al maximo!!!!
ResponderEliminarEspero verte pronto en Sevilla ;)
Sara
Ya se intuye tu mejoría. Me alegra.
ResponderEliminarNamaste