lunes, 18 de julio de 2011

QUEENSTOWN

  Lily llevaba casi 50 muñecos de peluche, no exagero. Jill la persiguió hasta el interior del coche con un bol lleno de pasta con ketchup, no había prestado el más mínimo interés a su desayuno y además teníamos amenaza de vómito. Si hubieran sido churros seguro que la niña no deja ni uno, eso sí hubiera vomitado que no lo hizo porque a ver quién es el guapo que desayuna pasta con ketchup. Cogimos la carretera hacia el sur, más o menos a la hora prevista. Aún no me explico cómo Geoff /Giff/ pudo meter todas las cosas en el coche.


Nuestro destino esta vez es Queenstown que en el pasado fue centro de interés por la fiebre del oro. El museo de Arrowtown muestra escenas de esta empresa iniciada por pioneros venidos de China y el museo recoge imágenes y datos de algunos de ellos. Este desmesurado interés por el vil metal hizo que el acuerdo de Waitingy entre colonizadores y colonizados se conviertiese en papel mojado.

En la actualidad la ciudad es un gran centro turístico tanto en invierno como en verano ya que el lago Wakatipu ofrece la oportunidad de múltiples actividades veraniegas. Su aeropuerto le permite estar comunicada con todas las ciudades en New Zealand incluso muchos australianos pasan aquí sus vacaciones.

Geoff y Nick me presionaron para que hiciera bungee jumping, pero les convecí de que no tengo suficiente "dinero" para saltar al vacio sujeto por una cuerda elástica. Nick lo hizo el año pasado. En mi descargo diré que me armé de valor para dirigir un chisme con ruedas que se deslizaba  por una pista seca provista de un sistema de dirección y frenos. Ideal para los niños como yo y mucho más barato.
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4 comentarios:

  1. Las fotos me han dajado sin palabras...


    No obstante haré un esfuerzo y diré cuatro: ¡¡ME MUERO DE ENVIDIA!!

    Sigue pasándolo bien.

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  2. ¡Fantásticas imágenes, compañero! Prácticamente estamos viajando contigo.

    Un abrazo.
    Vicente

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  3. Amigo, gracias por acordaste de mi cumpleanos. Tus dos-inviernos esta haciendo os este verano doblemente atractivo.

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  4. Hola, hermano, acabamos de llegar de Málaga y veo que siguen tus viajes y tus aventuras; ¡qué paisajes! desde luego menos mal que este invento de las cámaras digitales te permiten infinidad de fotos. Como se nota que disfrutas con cada actividad. A esa niña que prueben a darle un colacao con tostadas, o con churros, o con rebanás fritas... pero esos desayunos yo tampoco los querría.
    Turmana

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