Ayer fue un día durísimo, diez horas
en coche estre Patiala y Bikaner, salir del verde y rico Punjab y
entrar en el desierto, “Welcome to Rajastan” decía el cartel e
inmediatamente el paisaje le obedecía. Los árboles son los mismos
pero ahora el color es pajizo si es que existe ese color, la tierra
antes roja y húmeda ahora es amarilla y seca, y como elemento
decorativo los camellos; grandes y fuertes, los usan para tracción
enganchados a unos carros de madera con gruesas ruedas de goma que
dan idea del peso que cargan; sí, van lentos pero tiran con enorme
potencia cargando ladriLlos o placas de mármol. Me impresiona la
altura que tienen, con una elegancia impropia de su trabajo se
visten de un blanquecino polvo que les cubre la piel y los arreos
dándoles un mismo tono que les hace parecer fantasmales. Aquí en
Bikaner se encuentra la mayor granja de camellos del mundo.
Para desayuno algo que estaba en el
guión aunque sin fecha: te, arroz, suero fisiólogico y forsatec;
eso sí estoy en el mejor hotel que pisaré en mi vida, es caro pero
llegamos muy tarde, no encontraba habitación y necesitaba un retrete
limpio y confortable.
Como primer objetivo el fuerte Junagarh
construido a finales del siglo XVI se presenta como una mole
inexpugnable, aún en la llanura, de arenisca roja que contiene
diferentes edificios entre ellos varios palacios y fue un elemento
clave en la seguridad de la ruta de la seda.
A la salida y en los alrededores una
mujer de cuclillas junto al intenso tráfico es atendida por su hija
quien con un alambre traTa de sacarle una espina clava en la mano, Le
ofrezco unas pinzas pero antes de que las use le enseño a limpiarse
con un desinfectante, se ha hecho un corrillo alrededor nuestra que
me da las gracias como si les hubiese ayudado a ellos.
Buscando el templo de Karni Mata llegué
a uno diferente y mientras preguntaba a un devoto me llaman los
monjes desde el altar, les digo que esperen un segundo que estaba
ocupado y el devoto me dice que primero debía atender la solicitud
de los monjes, así que me acerqué al altar donde me colocaron un
collar de flores y me dieron un rollito de papel que contenía comida
envuelta en una hoja grande y verde, menos mal que estoy a dieta y no
tuve que comerlo. No termino de aquello y una pareja me pide que me
haga una foto con su hijo que hoy cumple 7 años, después me dan a
la pequeña que me mira muy seria, hace un puchero y se echa a
llorar. Luego les hago fotos a ellos y afortunadamente se las podré
enviar. Antes de explicarme cómo llegar al Karni Mata me invitan a
tomar algo en su casa, ahora lamento no haber aceptado por falta de
tiempo hubiera estado interesante conocer su casa.
Karni Mata fue un asceta que se dedicó
a cuidar a los necesitados y al que se le atribuyen poderes sobrenaturales, se dije que es o fue, la reencarnación de Durga. Lo
curioso del templo es que está lleno de ratas, de hecho ellas son
las protagonistas y dueñas; se creen que se reencarnarán en santos
así que se las considera sagradas. Ya sabía que tendría que
entrar descalzo, pero no sabía si sería capaz y cuando llegué ni
lo pensé dejé las sandalias, esta vez sin ficha y para dentro.
Estaban por todas partes muchas de ellas muertas colgando por los
hierros de las celosías otras saltando. Los peregrinos al templo les
llevan comida y se esfuerzan en que cojan la que ellos mismos ofrecen, pero el suelo está lleno de restos por todas partes, tiene también
leche en una palangana grande de la que beben apoyándose en las
patas traseras. Curiosamente no huele mal, quiero decir
excesivamente mal, tampoco es que sea un jardín. Por cierto si pisas
o molestas a una de ellas te ponen una multa.
Para conocer el ambiente de la noche me
busco un sitio céntrico, una calle larga y recta relativamente
iluminada con el tráfico cortado a los coches pero donde las motos y
rickshaw son los dueños, a ambos lados carritos con comida elaborada
y frutas, en una de las calles laterales un impresionante mercado de
verduras donde solo se puede entrar andando; mientras trato de montar
el trípode para hacer una foto una vaca me empuja por detrás y me
quita de en medio, en fin estoy un poco cansado de tanta foto y dejo
que gane la vaca.
Me paso por lo que parece la estación
de autobuses donde me tropiezo con Luis Miguel Zambrano y Alberto
Avias, profes de secundaria, uno de historia y el otro del English
los dos alrededor de la treintena y madrileños, llevan unos días
por aquí y son unos expertos mochileros que viajan en autobús, no
paramos de hablar comentando el viaje y sus dificultades; es
probable que mañana nos veamos en Jaisalmer.
¡Qué velocidad! Quien no conozca este país no se puede hacer una idea de los kms que llevas recorridos y la dificultad que tiene el recorrerlos pero ya veo que tus planes se están cumpliendo, me alegro.
ResponderEliminarYa verás como Jaisalmer te gustará.Si puedes visita los cenotafios.
Namasté.
Buenos días Tio Molo:
ResponderEliminarPor suerte ya desayune cuando vi las fotos del templo con habitantes. ¿No quedamos queel animal sagrado en la India eran las vacas? Joder con las ratitas, y presumen mas que la del cuento. Campan a sus anchas y son cuidadas mejor que los niños. La verdad no se si yo me hubiera descalzado, o si le se !!!
Por lo demás, parece que tu integración es total, con la población y sus costumbres, por suerte estas a dieta que si no .............
Muy expresivo lo del retrete limpio, vaya una suerte !!
lo dicho Manuel,. QUE HUEVOS TIENES !!!
Seguiremos acompañándote, enhorabuena por las fotos.
ABRAZO ENORME
Tarde de visionado de fotos en el salón y lectura del capítulo BIKANER. ¡Magnífico! No todos los animales, por sagrados que sean, tienen encanto... uf!!
ResponderEliminarMuy interesante la mezcla con la gente y asistir a "la pedida" increíble.
Ya he visto que se ha incorporado German con lo cual ya tienes ruta alternativa garantizada.
Aquí es el día del Carmen, ¿te acuerdas?, "haciendo el carmen..." de aquello ya solo quedan recuerdos. Algunos amigos se abrieron al mundo y Lola y yo no tuvimos más remedio que pasar un día tranquilito de piscinita, lectura, jardín, cena a la luz de la luna: ¡¡un horror!!
Te seguimos,amigo: ¡Adelante!
Nosotros tambien tenemos ratas por aquí, en el jardín de abajo.Este pueblo está olvidado de todos , a pesar de tener al lado a los "piratas" .
ResponderEliminarEl atardecer en Bolonia lo hemos vivido muchas veces, no olvides que venimos por aquí desde hace muchos años y la verdad es que los romanos sabían donde poner sus urbes.
¡Estamos disfrutando mucho con tus aventuras!.
Estoy pensando en la manera de dar muerte a las ratas...¿se te ocurre algún modo indoloro o te has vuelto animista como los indúes?.
ResponderEliminarComo ves , cada uno nos divertimos como podemos.
Un abrazo en este mensaje de prueba....
Manolo, aquí tu ex-alumna Irene espera que estés disfrutando de este maravilloso viaje y vivas muchísimas experiencias más como las que llevas encima.
ResponderEliminarPor cierto, lo de las ratas... ¡Que valor! Yo no sería capaz ni de entrar en ese lugar.
Todas las fotos impresionantes y espero muchas más.
Nuevo intento, en otro ordenador, no sé nada de ti desde hace dos días; no sé si estás viajando o liado con el fortasec. Espero que des señales de vida. Si estás viajando o no tienes conexión y no puedes conectarte... seguiré intentando. Besitos. NAMASTÉ.
ResponderEliminarMe vuelvo a Osuna primo,....no tengo conexión allí,.....espero volver pronto aquí para saber de tí,.... go ahead cousin!!,...
ResponderEliminarxo <3