jueves, 19 de julio de 2012

JAISALMER



Desde Bikaner a Jaisalmer fueron siete horas de buena carretera, pero como aquí es costumbre de conductores suicidas; cada vez que tenemos un cruce suelto un improperio y me desahogo. El chofer del taxi solo habla Indi y algunas palabras en English y a pesar de que también es un suicida me hace caso cuando le digo que afloje y me pide disculpas. Nos paran en lo que parece un control de policía, pero además de policías hay unos jóvenes con chalecos reflectantes que con block y boli hablan con el chofer y nos dan paso una vez obtenida la información que buscaban. Le pregunto al chófer qué querían, me mira muy serio y contesta en un castellano exquisito con acento andaluz: “su puta madre”, nos dimos una carcajada de media hora. Ahora también dice “el coño de tu prima” cuando se cruza una vaca.

Antes de bajar del coche sabía que algo no iba bien, me dolía el riñón izquierdo y el dolor se reflejaba hacia el vientre y la zona genital. Me di una ducha y me tendí desnudo en la cama para tratar de buscar consuelo. Afortunadamente hice un buen desayuno con papaya, te, pastas y tortilla de patatas que después de dos días de ayuno me dieron la vida. El dolor se agudizó, traté de buscar la mejor postura para aliviarlo pero no encontraba consuelo de ninguna manera, pensé que era un cólico nefrítico, hace años tuve un episodio.
Lancé un mensaje de ayuda en la botella de vidrio del siglo XXI e inmediatamente tuve una magnífica respuesta de Germán, de Antonio Cano y un poco más tarde pero igual de eficaz la de Juan Carlos. Coincidían en que debía tomar buscapina. Tratando de concentrarme para mitigar el dolor imaginaba una rata del templo de Karni Mata agarrada con sus patas a mi riñón y mordiendo la parte alta mientras me golpeaba el abdomen y los testículos con su largo rabo. Por dos veces vomité, aunque solo agua. Las imágenes más desagradables del viaje que no quise fotografiar pasaban por mi mente sin que el dolor remitiese. Necesitaba buscapina!
Pedí en recepción que llamaran a un doctor y en no más de treinta minutos ya estaba atendiéndome. Delgado, moreno, relativamente bien vestido y con gruesas gafas de pasta que le conferían un halo de autoridad y saber. Su maletín rígido tenía mil batallas. En un English fluido pero de marcado acento Indi me dijo que podría ser un cólico nefrítico pero también una infección, así que recomendó lo mismo que mis médicos virtuales. No le pude pagar y aceptó cobrar al día siguiente, ya ha cobrado. Hora y media después de la buscapina me debí quedar dormido y cuando desperté solo había un resto de dolor sobre el abdomen. La noche fue bien, un poco de dolor en el estómago, pero bien.
Esta mañana visita a la ciudad dentro de las murallas, me recordó Toledo y Albarracín, solo que mucho más desconectada del mundo. Todos los edificios son de piedra amarilla de arenisca, por esa razón la llaman la ciudad dorada.
Pude escribir un poco y salir a pasear entes de anochecer, el guía de la mañana me esperaba, tenía el plan de llevarme a una tienda en la que supuestamente solo venden trabajos de mujeres viudas cuyas condiciones de vida son extremas por la presión social. No sé si esta historia es cierta pero yo no estaba para compras y mucho menos en lo que parecía una encerrona, de cualquier manera su interés era la comisión y como no compré se rebotó y discutimos; además de pagarle lo convenido le di de propina un 40% más pero aún así no estaba satisfecho. Le agarré la propina que jaleaba en la mano mientras discutía y me puse serio, así que trató de recuperar la cordialidad y la propina , después de ceder y devolverle la propina nos despedimos de manera más o menos cordial.
En el restaurante conocí a dos riojanas y dos profesores de Sevilla, Olga y David. Cuando más animados estábamos tuve que abandonar la mesa porque el dolor no me dejaba; ahora solo sobre la zona abdominal izquierda y los genitales, el rabo de la rata. Durante hora y media estuve sufriendo dando vueltas sobre la cama sin que la buscapina hiciera efecto, así que me decidí ir a un hospital.
No se me ocurre con qué comparar aquel lugar, basuras, suciedad, oscuridad, era el escenario perfecto de un delirium tremens, pero también era la única vía de aliviar el dolor. Me atendió un médico joven absolutamente impasible y dijo que era un cólico nefrítico, me recetó varias medicinas y me pidió 300 rupias. Afortunadamente David estuvo conmigo en todo momento, no se lo podré pagar en la vida. Yo no estaba para tomar muchas decisiones y él me dio la seguridad que necesitaba para sortear la situación. Una de las medicinas era un inyectable y las condiciones higiénicas para ponerte una inyección eran lamentables.
Para completar el cuadro aparece un joven sostenido por ambos brazos completamente bañado en sangre que salía de su cabeza, le seguía un grupo de mujeres gritando. Ahora aquel obscuro escenario tenía un toque de color, lamentablemente el rojo intenso del reguero de sangre que aquel desgraciado dejaba.
Ingerí cuatro pastillas y me pincharon, me cercioré de que la jeringuilla era de un solo uso y de que el banderillero se limpiaba las manos con un desinfectante que siempre llevo. Segundos después estaba vomitando lo que tenía en el estómago y también lo que no tenía. Sin embargo, el dolor se fue haciendo soportable y hora y media después desapareció.
Al día siguiente he tenido dos pequeños episodios de dolor que han remitido al tomar paracetamol. Así que por la tarde me animé a dar un paseo por un lago artificial sobre el que emergen algunos edificios singulares. Es un sitio precioso donde la gente de la ciudad pasea, se encuentra o dar de comer a los peces. Un grupo de mujeres y niños desde lo alto de un edificio me pide que les haga fotos, se oyen los cantos religiosos de una familia de religión Indús que, según me dicen, se reúnen todas las tardes para rezar.
De vuelta al hotel un músico callejero interpretó para mí, con un peculiar instrumento, una preciosa canción que me alejó por unos segundos de toda preocupación. Por supuesto le compré un cd de los que tenía a la venta y él agradecido me ofreció una nueva interpretación. Me dijo que es la música característica de este desierto que llaman Thar.

5 comentarios:

  1. Buenas tardes o buenas noches para ti my dear friend. Parece que tu llegada a Jaisalmer no ha sido del todo agradable. Las fotos de la ciudad son buenísimas, sobre todo las de los palomos (creo que son eso) posados en los edificios. Espero que tu salud mejore y no impidan continuar tu particular ruta hindú, además de mostrarnos tus fotografías. Un abrazo, Carlos y Casilda.

    ResponderEliminar
  2. India es un pais hermoso. Seguro que encuentras mas de una ocasión para volver a visitarlo.
    Namaste

    ResponderEliminar
  3. uy la maceta hubiera disfrutado en ese hospital!!! yo sola me he reioo jijijij

    ResponderEliminar
  4. ¡Cuantas maravillas y cuantos avatares estas viviendo! cuídate y disfruta. Un besazo

    ResponderEliminar